El economista y exasesor legislativo, Nicolás Dvoskin, analizó el debate presidencial y afirmó que tiene una influencia "bastante baja" en la votación de la gente, ya que "en general, quienes miran el debate es gente que ya sabe a quién va a votar". Afirmó que "no fue tan divertido como el de candidatos a vicepresidentes porque no había repreguntas".

En diálogo con FM EXTRA 107.5 el politólogo remarcó que el debate presidencial "es más un espectáculo televisivo que tiene importancia para el rating de los canales que para la política" ya que "no genera un cambio en las expectativas de los votantes".

“Tiene una influencia bastante baja, en mi opinión. Pienso que la gente que lo ve, en general, es gente que ya sabe a quién va a votar. Con lo cual, es más un espectáculo televisivo que otra cosa. Tiene importancia para el rating de los canales, pero para la política no lo veo como algo trascendental”.

"Tiene una influencia bastante baja, en mi opinión. Pienso que la gente que lo ve, en general, es gente que ya sabe a quién va a votar. Con lo cual, es más un espectáculo televisivo que otra cosa. Tiene importancia para el rating de los canales, pero para la política no lo veo como algo trascendental en términos de que un buen o mal desempeño en el debate genere un cambio en las expectativas de los votantes. No le veo tanta relevancia en esos términos", enfatizó.

En este sentido, lo comparó con el debate de candidatos a vicepresidentes y dijo que este último "estuvo más divertido* ya que se permitió la improvisación. El debate se emitió por TN y no se trató de un evento oficial como los presidenciales.

Mejor del de los vices

"Quería hacer un paralelismo con el debate de vices de la semana pasada, porque de alguna forma la estrategia se sostuvo en los dos casos. Todos los candidatos, de alguna forma, tuvieron la misma estrategia en el debate de vices que en el de ayer. El de vices, que no fue por ley, fue por invitación, resultó a mi criterio, mucho más divertido que el de ayer" enfatizó

Y explicó que tiene que ver con el formato. "En el de ayer es un formato sin intercambio, es un formato que no es debate en realidad. Porque no tenés momentos de discusión abierta, no tenés momentos de tiempo libre donde se pueden interrumpir, no se pueden meter cosas en el formato demasiado estricto. Se pierde la gracia, hay poco lugar para la improvisación. En las preguntas, como no tenés repregunta, pasabas a preguntar una cosa y respondían otra", criticó. 

En este sentido, detalló que gente cercana que no está politizada aseguraron que "el debate presidencial fue un tremendo embole".