Harakat al-Muqqwama Al-Islamia” o Movimiento de Resistencia Palestino, más conocido por su acrónimo HAMAS, dio una enorme sorpresa al mundo, y a las Fuerzas de Defensa israelíes con un ataque a decenas de blancos militares de este país.

Las fuerzas palestinas parecen no haber improvisado, y se han estado preparando durante mucho tiempo estudiando el curso del conflicto ucraniano.

Hamas empleó enjambres de drones para atravesar los sistemas de defensa aérea y antimisiles, y luego, una vez agotados los sistemas defensivos, los equipos de defensa aérea y de defensa antimisiles israelíes quedaron sin respuestas ante las nuevas oleadas de ataques.

Drones equipados con granadas y morteros, así como variantes de FOG, alcanzaron decenas de objetivos militares en Israel, como un gran centro de comunicaciones de las Fuerzas de Defensa israelíes, a pocos kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza. Los drones estallaron junto a las antenas parabólicas, alcanzando a los operadores.

La operación militar ha sido denominada como “Inundación de Al-Aqsa”. Mohammed al-Deif, jefe de la facción militar del movimiento, acusó a la parte israelí de ocupación y de numerosas incursiones en el territorio de la mezquita de Al-Aqsa y esta es la respuesta palestina.

En la tarde del 7 de octubre, según las informaciones en canales especializados en temas militares, Hamas había avanzado entre 35 y 40 kilómetros desde la Franja de GAZA, desde Kerem Shalom en el oeste hasta las afueras de Sderot, Netivot y Ashkelon en el norte y noreste. 

Hamás, asimismo, controla, en los momentos de escribir estas líneas, el territorio del consejo de distrito de Eshkol, así como las carreteras que conducen a la base aérea israelí de Hatzerim, donde tienen su base los cazas israelíes F-35I Adir, y las entradas a la base militar de Tzehelim.

Las hostilidades, ejecutadas simultáneamente en al menos 15 ciudades, han dejado aproximadamente 200 muertos en cada bando y miles de heridos. Se estima que  50 bases militares del ejército israelí han sido atacadas. Las líneas de defensa del ejército israelí han sido rotas por la ofensiva de los combatientes de HAMAS, y los enfrentamientos se dan al menos en 25 áreas dentro de los territorios ocupados.

Cómo fue la Operación “Inundación de Al-Aqsa”, que logró sembrar el caos en medio oriente

Hamas reclama haber obtenido el control sobre al menos siete asentamientos. Israel ha anunciado la movilización de reservistas y ha lanzado la Operación Espadas de Hierro.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que Israel está en guerra y que Gaza será reducida a cenizas. Durante todo el día, la aviación israelí ha atacado edificios en esa posición, golpeando indiscriminadamente militantes de Hamas como civiles.

El golpe de la resistencia palestina alcanzó hasta el momento 4 helicópteros sin identificar y al menos 3 cazas F-16. Asimismo, Hamas afirma destruido o capturado 14 equipos, entre ellos los famosos tanques Merkava junto con vehículos blindados de transporte de personal Namer. No obstante, el golpe tal vez más duro ha sido la captura del general de brigada israelí Nimrod Aloni y unos 100 soldados israelíes.

Ha resultado tan sorpresivo que ya abundan las preguntas ¿durmió la inteligencia de Tel Aviv? Debió la misma haber detectado lugares de producción y almacenamiento de miles de misiles en la Franja de Gaza, lo mismo que haber notado la preparación de una operación masiva de esta magnitud.

Ahora Israel se encuentra ante una disyuntiva sobre cómo actuar. Enfrentarse en una guerra directa con Hamas tendrá consecuencias extremas, atrayendo probablemente al conflicto a la organización militar Hezbollah. Esta milicia ya ha adquirido tintes de ejército y ha alcanzado un gran desarrollo táctico y técnico dada su participación en Siria contra las fuerzas yihadistas que atacaron al gobierno sirio de Bashar Al Asad.

Las decenas de operaciones de las Fuerzas de Defensa israelíes se han visto limitadas por su vulnerabilidad a operaciones aéreas para minimizar las bajas. Hoy la fuerza del Hezbollah está varios escalones por encima de esa y las fuerzas militares israelíes han perdido parte de su antigua eficiencia por cuestiones políticas.

Irán ha apoyado la mayor operación militar palestina contra Israel en años como “un punto de inflexión y nuevo capítulo” en la continua resistencia contra los sionistas y según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Naser Kanani, «la resistencia palestina es capaz de llevar a cabo con confianza operaciones híbridas y multilaterales contra los ocupantes».

Todo hace prever entonces que si la situación escala, Irán intervendrá al menos indirectamente.

Rusia, mientras tanto, evalúa con cuidado las acciones. 

Moscú ha tenido buenas relaciones históricas con ambos bandos, sin embargo, las últimas acciones israelíes de enviar armas e instructores a Ucrania no han caído bien en el Kremlin.  Dmitry Medvédev, culpó a los Estados Unidos por abandonar su atención a los acontecimientos en Medio Oriente debido a su participación en Ucrania. 

“Israel está en contacto con la Federación Rusa en relación con la situación con Hamás. Cuenta con la comprensión», dijo el embajador de Israel en Moscú, una señal de en su país la situación se ve con suma gravedad.

Cómo fue la Operación “Inundación de Al-Aqsa”, que logró sembrar el caos en medio oriente

Los países árabes se dividieron entre quienes llaman a la moderación con condenas hacia Israel y quienes apoyan las acciones palestinas sin tapujos. 

La escalada israelí puede tener consecuencias enormes y atraer a otros actores. Dada las actuales circunstancias, para Estados Unidos sería un enorme problema abrir un nuevo frente de combate en Medio Oriente cuando no puede sostener el ucraniano. Si la situación sigue en ascenso y ante el poder de los enemigos, más el drenaje de recursos ucranianos para Occidente, la misma puede conducir a una encerrona donde la única adopción sea el empleo de armas nucleares y no hace falta aclarar mucho sobre el punto.

Buena parte de Medio Oriente quedaría no apto para la vida humana.

Sin embargo, minimizar el asunto dará una fuerte señal de debilidad que será leída y conducirá a más ataques de otros enemigos. Tel Aviv está en una disyuntiva de hierro, y con cientos de prisioneros, entre ellos un general, el tema estará presente en la opinión pública de su país.

Independientemente de cuál sea la respuesta, una cosa está clara, Occidente da señales de debilidad a cada momento, y esta es una más. No podemos saber si esta situación responde a una represalia rusa que da su aprobación a Irán para que ataque a Israel, si es algo que solo concierne a Teherán o simplemente fue una acción de Hamas que intenta aprovechar el contexto internacional para golpear a su enemigo.

Cualquiera que sea la razón, si Hamas e Israel no consiguen una tregua y la violencia continúa a esta escalada, la contienda tiene el potencial de arrastrar al mundo detrás.

Mientras tanto, sería aconsejable mucha prudencia a las autoridades de las naciones que se hacen eco de esa situación con condenas, solidaridades y ofrecimiento de ayuda humanitaria para quedar bien con el poder actual, al menos en Occidente.

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Israel sinceramente no necesita de la solidaridad de países cuyos índices de pobreza alcanzan límites inimaginables hasta hace pocos años. Si de ayuda humanitaria se trata, bien podrían haberla considerado para los habitantes de la Franja de Gaza, sometidos a inhumanas condiciones de vida por años y años ante su mirada indiferente. 

Más aún, el primer ministro israelí acaba de decir que Gaza será reducida a cenizas, desestimando que allí viven civiles palestinos que solo son víctimas de una situación lamentable. Tal vez la solidaridad y la ayuda humanitaria debería ser pensado para esa pobre gente, pero vaya uno a saber por qué oscura razón no se considera.