Ecuador irá este domingo a las urnas de votación para elegir a un nuevo presidente o presidenta que reemplace al conservador Guillermo Lasso, en un proceso de transición que podría sumarse al giro a la izquierda y al progresismo que ya dieron previamente otros países de Latinoamérica. En ese marco, CanalExtra.ar dialogó en exclusiva con Gabriela Rivadeneira, Directora Ejecutiva del Instituto para la democracia Eloy Alfaro, ex presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador.

¿Cómo lo podrías caracterizar, este proceso y este ciclo tan doloroso que está atravesando tu país?

Me parece que no es casual. Creo yo que la primera década del siglo XXI, lo que lograron nuestros gobiernos en la región fue instaurar una nueva forma de hacer gobierno y demostrar que la izquierda podía gobernar. Y yo creo que eso no es fácil asimilar para el sistema hegemónico, para quien gobierna ese sistema, que mantiene muchos intereses en los países de la región. Pues los intereses económicos, en recursos naturales, juegan en la geoeconomía.

También el escenario internacional ha cambiado, ¿eso influye?

Sí. Ahora mismo estamos viendo frente a las economías crecientes, la ganancia de territorio del yuan en la estructura financiera internacional. Entonces te mueve también la necesidad de los intereses del gobierno de los Estados Unidos para saber por dónde va a sobrevivir frente a esta nueva reconfiguración del mapa mundial. Allí es donde América del Sur se convierte en un punto fundamental de esta disputa global, porque obviamente las reservas que tenemos en el sur, tanto petroleras, recursos naturales y todo, son las más grandes del mundo, incluyendo el agua dulce. Entonces cuando tú ves ese contexto, ves que hay un formato, ves que hay una arremetida.

Aquella oleada de las izquierdas latinoamericanas fue combatida toda con las mismas herramientas…

Sin dudas. Fue la guerra judicial la que aniquiló la posibilidad de continuar con muchos de nuestros procesos. Y otros propios de la acumulación de errores, si quieres decirlo así, de una fuerza de izquierda que tampoco ha sabido en este momento sintonizar con nuevas estéticas organizativas.

¿Qué serían esas nuevas estéticas?

Hablo de los movimientos feministas, ambientalistas, como estamos viendo a los centennials. Hay todo un avance tecnológico, redes sociales, inteligencia artificial, y pues no podemos quedarnos sin entender qué es lo que está pasando realmente para saber cómo volver a emparejar y reconstruirnos en esta nueva dinámica social regional, y que nos permita tener procesos más sostenibles de lo que se están mostrando al momento con un segundo ciclo progresista en marcha.

Se han dado muchos paralelismos entre Ecuador y Argentina en los procesos políticos. Primero se puso el eje en la corrupción, pero ahora viró hacia una campaña antipolítica, contra el mismo Estado, casi que es anárquica. ¿En Ecuador se ve algo parecido?

Me parece que el síntoma es generalizado. Tenemos una recomposición también de una fuerza de derecha. Ya no es una derecha conservadora, sino ligada directamente a las prácticas fascistas. Desde Trump y desde Bolsonaro en la región, instauraron una naturalización que atravesó por todos nuestros países. Los siguieron Piñera, Áñez, Moreno, Duque, quienes instauraron una naturalización de un discurso y de prácticas fascistas que agravan aún más la disputa territorial. Ante la debacle de la economía, post pandemia, post guerra, ante la falta de manejo de nuestros gobiernos frente a esa crisis y la falta de conexión y de comunicación, entonces te viene a bien este discurso “apolítico” o “contra político”, en contra del establishment de lo político. Y ahí quedan bien estos nuevos outsiders o estas figuras que nacen de ese fascismo.

Ante la debacle de la economía, post pandemia, post guerra, ante la falta de manejo de nuestros gobiernos frente a esa crisis y la falta de conexión y de comunicación, entonces te viene a bien este discurso “apolítico” o “contra político”.

Los outsiders suelen ser atractivos para la población que no encuentra soluciones sus problemas cotidianos…

Claro, pero no son outsiders. En Argentina no estamos frente a un ultraliberal. No. Estamos hablando de un fascista. En Ecuador tenemos nuestro propio personaje también que es un fascista y que ahora aparece segundo en las encuestas, que es Jan Topic, un mercenario que ha combatido en guerras, incluyendo la última guerra de Ucrania. Él se jacta de todo eso, tiene una empresa armamentística, sale su foto de perfil con una ametralladora. Y son los que hablan en contra de los derechos.

¿Qué reacción te merece esto de hacer campaña pregonando la quita de derechos?

Yo estaba aterrada en estos días que pude estar en Argentina a propósito de las PASO, de escuchar a Milei en el escenario decir y burlarse de eso, de que donde hay una necesidad nace un derecho o de la burla sobre la justicia social, como un nuevo mecanismo de anclarse a una población a la que no se le han satisfecho sus necesidades básicas.

¿Cómo se está dando esta situación en Ecuador?

Estamos atravesando la peor crisis económica que hemos vivido en la historia republicana del país. Hoy la crisis económica ha provocado la crisis migratoria más grande del Ecuador, junto con una crisis carcelaria, lo cual deriva en la profunda crisis de inseguridad, que está a la vista de todo el mundo. Y es producto justamente del paso y de la crudeza de las políticas neoliberales en dos gobiernos: el de Lenin Moreno y el del banquero Guillermo Lasso.

De nuevo la receta de un hombre del sector privado pretendiendo gestionar lo público como si fuera una empresa…

Sí. La presencia de Lasso en la política regional nos da una lección para romper ese mito de que lo privado funciona mejor que lo público y que como es empresario y tiene dinero no va a robar. El tema es que quien no cree en lo público no puede estar al frente de lo público. Quien no cree en las políticas del bien común jamás va a pensar en la gente para el bien común. ¿Y ahí quién sale perjudicado? Pues las grandes mayorías, porque recordemos que estamos en el continente más desigual del planeta. El problema es que en esa mayoría de los pueblos resulta que está la base que está hoy votando por estos proyectos fascistas en la región.

La presencia de Lasso en la política regional nos da una lección para romper ese mito de que lo privado funciona mejor que lo público y que como es empresario y tiene dinero no va a robar. El tema es que quien no cree en lo público no puede estar al frente de lo público.

¿A qué le atribuyen la irrupción de la violencia letal como un actor de la política en Ecuador?

Mira, lo que tienes es un Estado fallido y una ausencia total del Estado. Lo que hizo el gobierno de Moreno y luego profundizó Guillermo Lasso, es eliminar ministerios. Eliminaron el Ministerio de Justicia, eliminaron el Ministerio Coordinador de Seguridad, bajaron presupuesto de seguridad, desmovilizaron a las tropas. En lo que va del año, se ha ejecutado apenas el 8 por ciento del presupuesto de seguridad con toda la crisis que venimos trayendo los últimos años. Entonces tienes un territorio sin control, en disputa de mafias organizadas, en disputa de bandas delincuenciales. Lo que primero pasó fue una crisis carcelaria que nos convirtió en el país número uno con mayor número de muertes o de asesinatos en las cárceles. Y segundo, una profundización de esta figura del sicariato, algo que no conocíamos.  

La actual campaña ha estado atravesada por las demandas de seguridad…

Es que en los primeros seis meses de este año hemos tenido más de cuatro mil muertes violentas. Eso quiere decir que el sicariato diario que vemos en los medios de comunicación afecta también a la población, que está aterrorizada. Nosotros pasamos de un encierro por la pandemia a un encierro por la inseguridad. Hoy tenemos ese saldo que además está muy naturalizado ya ahora dentro del escenario político.

Fernando Villavicencio fue asesinado por un grupo de sicarios el 9 de agosto último, luego de un acto de campaña en Quito.

¿Qué lectura hacen sobre la muerte del candidato a presidente Fernando Villavicencio?

Es una muerte que tiene muchos cabos sueltos. Y por eso esperamos que el FBI dé algo de luces, ya que el gobierno no ha podido. Y digo tiene muchos cabos sueltos porque es un candidato que vivió de las denuncias, no solo contra el correísmo, sino en las últimas semanas a varias bandas delincuenciales. Él era el candidato que tenía la mayor cápsula de seguridad de todos. Su muerte entonces tiene que ser esclarecida porque las primeras voces que salieron desde Europa, de políticos ligados a Vox, dieron a entender que era prácticamente el correísmo el que había armado esto. Sobre un candidato que venía quinto en las encuestas presidenciales: ¿A quién le convenía esta muerte? Claramente al gobierno, que está directamente intervenido e influenciado por las bandas delictivas y las bandas delincuenciales. Recordemos que el propio cuñado del presidente Guillermo Lasso fue vinculado a la mafia albanesa, proceso que le costó a Lasso el inicio del juicio político, por lo que él convocó a una muerte cruzada (elecciones antes de cumplir el mandato). Es decir, no hay mucho que hilar para saber de dónde viene la responsabilidad.

¿Cómo se lo vive socialmente?

Te puedo dar dos indicadores que marcan una respuesta. En primer lugar, el 50% de la población quiere salir del país, por falta de oportunidad económica o por violencia y sentirse inseguro. Y el segundo dato, el 70% de la población no cree en el sistema de democracia. No cree, claro, porque desde la democracia no le han sabido responder ante sus requerimientos básicos. Por lo tanto, que tengas un país con esos porcentajes de desesperanza, de desánimo, te encrudece también la realidad.

¿Cuál ha sido la reacción del presidente Lasso?

Tenemos un gobierno que no solamente ha sido incapaz de manejar la crisis de inseguridad, sino que ahora, frente al asesinato del candidato presidencial, no llamó a una reconstrucción de su fuerza pública o de su aparato de inteligencia. No: llamó al FBI. Es decir, hoy en el Ecuador hay un equipo del FBI investigando el asesinato del candidato presidencial.

¿Crees que parte del estado fallido del que hablabas también nace de la proscripción de un líder tan popular como Rafael Correa?

Sin duda alguna. Y arrancó con Lula. Los dos años de cárcel de Lula evitaron que sea presidente y permitieron que llegue un Bolsonaro a institucionalizar este tipo de prácticas en la región. Que Cristina no pueda estar en papeleta nos está poniendo ahora en el debate entre la derecha y la ultraderecha. Y el que Correa no pueda estar en papeleta en estos momentos por una proscripción judicial te presenta una inestabilidad y una falta de cuadros políticos que puedan enfrentar este nuevo momento.

Los dos años de cárcel de Lula evitaron que sea presidente y permitieron que llegue un Bolsonaro a institucionalizar este tipo de prácticas en la región. Que Cristina no pueda estar en papeleta nos está poniendo ahora en el debate entre la derecha y la ultraderecha. 

En ese marco, ¿cómo se para el correísmo para estas elecciones?

Digamos que nuestra candidatura es la única de izquierda en el Ecuador presentada para este proceso electoral, que además es extraordinario. Recordemos que el próximo domingo vamos a tener elecciones en Ecuador solamente para culminar este periodo, un año, seis meses, previo a las elecciones del 25. De los ocho binomios, el único de izquierda y encabezado por una mujer es el de la Revolución Ciudadana. Luisa González y Andrés Arauz. Y los otros siete son de sectores conservadores. Pero resulta que ahora, después del asesinato de Villavicencio, quien gana en números es el que estaba cuarto en las encuestas, que es justamente este candidato mercenario, Jan Topic.

Luisa González y Andrés Arauz encabezan las encuestas, en un marco electoral atravesado por la violencia.

¿Qué dicen las encuestas?

Seguimos punteando la preferencia electoral, pero lo que vamos a tener entonces el domingo 20 de agosto es una disputa entre polos totalmente opuestos: o la izquierda o el conservadurismo. Y eso nos va definir para una segunda vuelta cuál es el escenario que también le vamos a plantear al país en medio de tanta incertidumbre, de tanto caos y de una crisis acumulada y sistemática.

¿Qué propone Revolución Ciudadana?

Tenemos claro que retornando a ser gobierno, primero tenemos que fortalecer la institucionalidad con  medidas de control urgente, porque lo que está pasando en el Ecuador es que la inseguridad se está comiendo territorios y eso te baja productividad y te baja seguridad para la propia población. Necesitamos el fortalecimiento de la institución, incluso para que las propias Fuerzas Armadas vuelvan a tomar el rol de control y de protección territorial y desarmar a las bandas delincuenciales. Ellos dicen que tenemos que armar a la ciudadanía. Ahí están las grandes diferencias.

Estamos aún con mayor razón convocados a entregar absolutamente todo para lograr dar un cambio de timón en la política ecuatoriana y poder retornar medianamente a la tranquilidad de un Estado que proteja a su gente.

El escenario actual era impensado en 2017…

Sin dudas. En el 2017 se entregó el segundo país más seguro del continente. Avanzamos muchísimo, y se lo hizo gracias a la estabilidad de gobierno en diez años del presidente Rafael Correa y a un ejercicio absolutamente claro, planificado de la política pública. Ahora tenemos que volverlo a hacer. Tenemos la oportunidad de retornar a recuperar el Estado, a implementar un plan urgente de seguridad que empiece a tener control del territorio y proyectar también para continuar en 2025. Tenemos que ya empezar con medidas estructurales que permitan recuperar la estabilidad de un país que venía caminando muy bien hacia el desarrollo.

Esta semana también asesinaron a un candidato del Correísmo, Pedro Briones ¿Qué reflexión me puedes decir?

Yo lamento esto porque también es uno de los asesinatos que no se pueden explicar. En lo que va del año, cuatro dirigentes territoriales de la Revolución Ciudadana han sido asesinados. Y de ninguno ha habido una explicación por parte del aparato de investigación del Estado. Y lamentamos profundamente, porque si eso pasa con actores políticos, ¿qué es lo que está pasando con la ciudadanía en general? Como te digo, van más de 4.000 muertes violentas registradas en Ecuador en lo que va del año. Esto no puede seguir ocurriendo. Por eso es que estamos aún con mayor razón convocados a entregar absolutamente todo para lograr dar un cambio de timón en la política ecuatoriana y poder retornar medianamente a la tranquilidad de un Estado que proteja a su gente. Ojalá sea así.