El resultado favorable a Sergio Tomás Massa de este domingo generó tranquilidad, tanto en una gran parte de la ciudadanía como en los mercados. Aún los votantes de Bullrich, pese a su gorilismo, pensaban que un triunfo “libertario” en primera vuelta sería un desastre, no sólo para sus intereses sino para el país todo.

Yendo a los números, este domingo 22 de octubre los resultados a nivel nacional fueron, por lo observado al filo de la medianoche, redondeando, de casi un 37% para Unión por la Patria, un 30% de La Libertad Avanza, un 24% de Juntos por el Cambio, con una remontada de Schiaretti de casi 7%, y la izquierda con casi 3%.

Encuestadores y futurólogos fracasaron, en parte por la decisión del electorado, que sumó un número mayor en comparación de las PASO, de último momento; sea por lo positivo de las medidas de Massa, mostrar a cuánto aumentarían las tarifas sin subsidios, y las opiniones de los componentes de La Libertad Avanza, que retroceden al Medioevo.

El peronismo remontó los guarismos nacionales, provinciales y municipales. Hubo una defensa del proyecto nacional y de sus intereses de su propio terruño, ya que se ponían en juego diputaciones y gobernaciones. Mención especial para el triunfo de Axel, que revalidó su gestión y se mantiene para un segundo período en Buenos Aires.

Para JxC, más allá de la posibilidad cierta de lograr retener la Capital Federal, estuvieron tendiendo puentes con Milei para seguir en la arena política. El discurso de Bullrich de aceptación (difusa) de su derrota, ofreciendo apoyo contra los K, y el texto leído de -un muy medido - Milei, haciendo guiños a las huestes de Macri, marcaría la impronta de esta nueva entente. Difícil sería sumar al radicalismo, a la Coalición Cívica, y a sectores del PRO (Larreta) a esa runfla libertaria, aunque nada es imposible en la política local.

Familia, respeto a la religiosidad, fin de la grieta, Estado eficiente y gobierno de Unidad Nacional parecen ser los slogans que utilizará Massa para captar al votante del “Gringo” y la “Rusa”, junto a sectores de la UCR y CC, más el votante indeciso.

La segunda vuelta es con final abierto. Para LLA será tener un discurso más “conservador” y callar discursos delirantes. Para el oficialismo es mostrar el liderazgo de Massa y generar más medidas positivas al bolsillo argentino… y rezar que no se sumen más desgracias a nuestra vida cotidiana. Eso sí, la victoria de Massa es tranquilizadora, pero es un primer paso para seguir trabajando en una victoria, difícil, pero no imposible.